Desafíos y tendencias de los mercados de carbono
Otra tendencia relevante es que ciertas tipologías de proyectos de inversión han sido excluidas de algunos estándares del mercado voluntarios del carbono por ser cada vez más predominantes o frecuentes en la industria.
Sofía Burford
Líder de consultoría
Los esfuerzos para combatir el cambio climático requieren modificar los sistemas productivos intensivos en emisiones que han predominado desde la revolución industrial. Afortunadamente, como sociedad hemos logrado reconocer las externalidades positivas que brindan las tecnologías menos convencionales bajas en carbono. Sin embargo, hemos tenido dificultades para generar una institucionalidad clara que fomente la colaboración por una acción climática eficiente y veloz.
A la fecha, los mercados de carbono han demostrado ser un mecanismo fundamental de colaboración entre distintos países y empresas. Estos mercados funcionan bajo la hipótesis de que una tonelada reducida de CO2 tendrá la misma contribución a reducir los efectos del cambio climático, independiente de la zona geográfica en donde se desarrolle esta actividad. Lo anterior permite transferir recursos a aquellas iniciativas de mitigación de gases de efecto invernadero (o GEI) más costo-eficientes desde una perspectiva climática, facilitando así el cumplimiento de objetivos climáticos globales.
Actualmente existen dos tipos de mercados del carbono, el voluntario y el regulado. Por un lado, en los mercados voluntarios los compradores de certificados de reducción de emisiones (u offsets) voluntariamente aspiran a cumplir con sus metas climáticas usando estos instrumentos. En este caso, si no se cumplen las metas auto-exigidas, no existe sanción por incumplimiento. Para agregar rigurosidad a este mercado, varios estándares se han creado con tal de establecer criterios de monitoreo y cálculo de reducción de emisiones que eviten sobredimensionar los esfuerzos asociados a las iniciativas de las empresas. Algunos de los estándares internacionales más importantes hoy en día son el de Verified Carbon Standard y el Gold Standard. El mercado voluntario internacional del carbono es un mercado creciente, con precios altamente variables dependiendo de la tipología y geografía del proyecto, los cuales puede varíar entre 0,45 y 50 USD/tonCO2 (con un promedio de 10 USD/tonCO2).
Por otro lado, los mercados de carbono bajo esquemas regulados surgen como alternativa para las empresas sujetas a instrumentos de precio al carbono (como un impuesto a las emisiones o los esquemas de permisos de emisiones transables). De esta forma un sujeto afecto a dicha regulación, puede optar por reducir su obligación por medio de la compra de certificados de reducción de emisiones emitidos desde proyectos en sectores no afectos a los instrumentos de precio al carbono. Como ejemplo de dicho tipo de mercado, destacan el mecanismo de flexibilidad del Protocolo de Kyoto llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio (que será sucedido por los mecanismos de mercado amparados bajo el Artículo 6 del Acuerdo de París) y el esquema doméstico de mercado del carbono de Chile (como complemento al impuesto verde).
La siguiente figura sintetiza algunas referencias de precio en el mercado de carbono. Estas permiten tener una perspectiva panorámica basada en distintos estándares, instrumentos de precio al carbono y proyecciones a largo plazo para alcanzar los objetivos de descarbonización.
Precios del mercado de carbono actual y en los próximos 30 años
Como tendencia de este último tiempo, se ha visto que los precios más elevados se encuentran reservados a proyectos basados en la naturaleza, gatillado por los criterios de Science-Based Targets que promueve el uso de certificados de reducción de emisiones asociados a iniciativas de captura y remoción de CO2 (por ejemplo de la restauración y reforestación de bosque nativo). Estos proyectos tienen la ventaja de proveer de servicios ecosistémicos en el lugar de su implementación, por lo que los clientes de dichos certificados tendrán especial interés en que los proyectos se ubiquen cerca de su área de operaciones y que demuestren evidentes impactos socio-ambientales positivos.
Otra tendencia relevante es que ciertas tipologías de proyectos de inversión han sido excluidas de algunos estándares del mercado voluntarios del carbono por ser cada vez más predominantes o frecuentes en la industria. Podemos decir que este tipo de proyectos dejan de ser “adicionales”, o en otras palabras, no contribuyen a reducir las emisiones de un escenario contra-factual (representativo de la práctica común o de “línea base”). Un ejemplo de esto son los proyectos de generación eléctrica solar, eólica y geotérmica conectados a la red de países desarrollados, los cuales hoy en día se encuentran excluidos de uno de los principales estándares para el mercado voluntario, el VCS Standard.
Como conclusión, los mercados de carbono pueden ayudar a viabilizar económicamente un sinnúmero de proyectos bajos en emisiones, siempre y cuando contemos con: una institucionalidad clara, metodologías de cálculo de reducción de emisiones confiables, y criterios de adicionalidad sólidos para el largo plazo. En términos de institucionalidad, un marco normativo claro para los nuevos mercados del carbono bajo el Acuerdo de Paris y del reglamento de compensaciones domésticas abrirán el paso para que iniciativas en Chile puedan participar de un mercado regulado del carbono. En términos metodológicos, los estándares deberán moverse rápidamente para generar metodologías que permitan incorporar tecnologías más innovadoras y acelerar su desarrollo. Finalmente, en relación a la adicionalidad, será importante establecer criterios claros que aseguren que los proyectos que participen de mercados del carbono puedan participar en el largo plazo y no pierdan su adicionalidad.
